PATA DE GALLO EN SEDA NATURAL
Ya sé que esto no cuadra.
Que soy una cana teñida,
una pata de gallo con juanetes.
Me mato a matahambres
para suicidarme en la báscula
cada semana.
A veces me miro en el espejo
y no me reconozco.
Por eso es normal que vaya por ahí
con reivindicaciones y pancartas .
Me gustan las montañas rusas
y los autos de choque y
hasta de buena gana
me tatuaría una mariposa en el ombligo.
Todavía me escribo cartas
desde lugares lejanos
para darme sorpresas al regreso.
Y si un poeta me deja escrito
en un e-mail su rastro de versos
o el icono de una rosa;
me descorcho botellas de champán
y me convido.
Hablo con los gatos,
beso a los conejos de indias
y echo migas de pan a las hormigas del bosque.
Eso no es serio, ya lo sé.
Debería ser más formal
y haber escarmentado con los años.
¡Pero qué le vamos a hacer!
¡Si tengo este corazón bohemio
y voy escarmentada de amarguras !
Olé, ¡qué garbo tienes chiquilla!
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